Las plantas medicinales son remedios seguros y eficaces para el tratamiento de síntomas y patologías leves. Sin embargo, en ocasiones, un mal uso de las mismas puede dar lugar a problemas de salud. El farmacéutico, como profesional sanitario más cercano al paciente que es, puede colaborar en la prevención de dichos problemas, al favorecer un uso racional de las plantas medicinales.