La expresión plástica constituye una de las actividades más sugerentes y ricas para mostrar el potencial creador de los niños.

 El arte integra en una misma concepción el desarrollo de los sentidos y el crecimiento armonioso de las funciones mentales. Su práctica contribuye al desarrollo de las más variadas capacidades y a la adquisición de hábitos de trabajo, destrezas, sensibilidad estética, libertad en la interpretación de la realidad, comprensión y adaptación al medio. Proporciona grandes satisfacciones al expresar los propios sentimientos y emociones, aprendiendo a compartir ideas, materiales, proyectos y a valorar el trabajo de los otros. Los niños al dibujar o pintar además de crear belleza, perfección y armonía, hacen visibles sus pensamientos invisibles y dan expresión a sus intereses.

           La expresión plástica es una herramienta apropiada para que el alumnado con dificultades puede interactuar con su entorno y contexto social, potenciando así sus habilidades, tanto individuales como colectivas.

           Desde hace años, distintos estudios sobre la Educación Artística hablan de la importancia del arte y sobre todo de la expresión plástica, como elemento comunicador y de desarrollo personal y social en la educación de personas con necesidades especiales.

            Los alumnos y alumnas con necesidades especiales, según Tilley (1986):

           "... Pueden descubrir que para ellos es más fácil expresarse de forma gráfica que de forma verbal y que por medio de sus expresiones plásticas son capaces de expresar ideas, emociones y reacciones ante determinadas situaciones y experiencias”.